viernes, 28 de noviembre de 2008

Mi Selección Colombia

Por: Luisa Piñeros

A puertas de darle otra vuelta al calendario y cerrando un movido año para la música en Colombia, propongo darle una perspectiva futbolera y más deportiva a un tema aparentemente serio, como lo es la música de nuestro país.

Un partido de fútbol es de 90 minutos, las reglas las conocemos, o al menos las básicas. Once personajes se disputan el honor, el orgullo y la gloria detrás de la esférica. El que gana es el que goza. Por eso, mi selección es de amigos sin rivales.
Caso hipotético: si tuviéramos que enviar una nomina de músicos para que nos representen en el exterior, enviaría al siguiente equipo, la primera selección mixta:

Director Técnico: Álvaro José “El Joe “ Arroyo.

Arquero: Tostao ( Choc QuibTown)

Defensa central: Alfredo Gutiérrez y Andrea Echeverri (Aterciopelados)

Defensa lateral: Toto La Momposina y Victoria Sur

Volante de creación: Jorge Veloza y José Antonio Torres “Gualajo”

Volante recuperación: Carlos Vives y Simón Mejía (Bomba Estéreo)

Delanteros: Jacobo Vélez (Mojarra Eléctrica)y Juanes

Entre el fútbol y la música se teje un importante puente. La diferencia es que en esta imaginaria selección los goles los meten todos estos talentosos músicos que orgullosamente nacieron en esta patria de pirámides, escándalos, inviernos y fiesta.

¿Cuál sería su selección ideal para el 2009?

A mover la patica con la Radio Nacional de Colombia

jueves, 16 de octubre de 2008

Folklore urbano: ¿Contradicción inherente?

Por: JOSÉ FERNANDO PERILLA

El constante flujo de informaciones, percepciones, experiencias, saberes y aprendizajes, intensificado de manera vehemente en los últimos 40 años, ha traído consigo nuevos retos en la forma como se observan y definen fenómenos socio-culturales contemporáneos. La música en particular, sujeta, por la elaboración de su historia desde la perspectiva moderna occidental, a conceptos específicos y categorías clasificatorias estáticas, hoy se nos presenta como un conjunto creciente de expresiones particulares, que se resiste a la pretensión del bautismo clasificatorio, y en cierta medida generalizante.

Términos como “Fusión”, “Nuevas músicas colombianas”, “Nuevas músicas nacionales”, o “Folklore urbano”, han alcanzado relativa aceptación para definir la forma en que se desempeñan un amplio número de músicos interesados en las posibilidades sonoras que resultan de la conjunción de diversas tradiciones, algunas en vínculo directo con el territorio colombiano. No obstante, una revisión de lo que aquellos implican, resulta en inquietantes contradicciones y sobre todo en una evaluación pertinente sobre la manera como definimos nuestro entorno cultural (1). Nos detendremos aquí en la ambigüedad que se crea al vincular el entorno urbano, con la concepción folklórica.

En su texto “Hacia el Estudio Musicológico de la Música Popular Latinoamericana”(2), Juan Pablo González Rodríguez toma parte de los cuestionamientos sobre el devenir cultural latinoamericano planteados desde diferentes disciplinas en la segunda mitad del siglo XX: “En un intento por abrir la academia a la bullente vida de la cultura popular en América, propongo que la Musicología se haga cargo del estudio de la Música Popular Latinoamericana”(3).

Su propósito lo lleva a realizar una clasificación de “los géneros de la música popular latinoamericana”, tomando como punto de partida “procesos socio culturales desarrollados acá desde finales del siglo XIX hasta nuestros días” (4). El primero de los géneros propuestos responde a la “Folklorización de la Música Popular”:


“Existe un conjunto de especies, como el tango, el vals, el bolero, el samba-urbana y el choro que, surgidas o adoptadas en las áreas urbanas durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, mantienen su vigencia popular hasta hoy imponiendo su presencia en los medios de comunicación masiva.

El origen urbano de estas especies se puede observar en sus requerimientos instrumentales, en el contenido de sus letras o en las coreografías de sus bailes, más elaboradas y sensuales que las de las áreas rurales. A diferencia de otras especies de origen urbano, estas han pasado a constituir un patrimonio cultural comunitario para el pueblo latinoamericano, el cual se identifica y cohesiona en torno a ellas, otorgándoles una ‘calidad folklórica’.

La folklorización de la música popular urbana ilustra la existencia de un ‘folklore urbano’ que ha producido un repertorio musical permanente en el tiempo o ‘clásico’, y que mantiene vigentes especies de cerca de un siglo de antigüedad. Ellas permiten nuevas creaciones e interpretaciones y sirven de base para procesos de fusión”(5).


Sorprende el lenguaje utilizado por el autor, si tenemos en cuenta que el texto fue escrito en el año 1986. Términos como “Especie” se relacionan con el pensamiento clasificatorio propio de las ciencias naturales, fundamentado en el racionalismo del siglo XVIII, sobre el cual se basaron las primeras orientaciones metodológicas de la musicología. Durante la primera mitad del siglo XX sin embargo, el “rigor científico”, representado en la búsqueda de una única verdad fruto de la razón moderna, dio paso a una concepción disciplinaria de la Musicología, y posteriormente de la Etnomusicología, en la que “no se posee ese incuestionable grado de exactitud atribuido a las ciencias naturales”(6).

En reacción a aquella pretensión de la razón universal, en el siglo XIX se intensificaron posiciones fundamentales para el sentir romántico. “En 1846 el término ‘folklore’ fue creado por William John Thoms, anticuario de profesión. Ante el surgimiento de la racionalidad política, de la innovación como valor estético y del progreso como valor político y científico, el folklore es visto como un vínculo positivo con el pasado, vinculo que remite a un mundo en vía de extinción ante los avances desbordados del progreso”(7) .

Esta tendencia sin embargo, terminó por suprimir el sentido histórico de expresiones ajenas al enfoque racional, atribuyéndole al folklore una pureza inherente que trajo entre otras consecuencias, la “abstracción conservadurista de la identidad como algo que reside mas en un objeto o en una expresión artística, que en los usos que las personas hacen de las expresiones culturales”(8).

Amplios compendios de “folklore nacional” son el resultado de orientaciones metodológicas que se mantuvieron vigentes hasta los años 60 y 70, fundamentadas en una concepción “esencialista” donde, por ejemplo, para el caso de estudios antropológicos realizados en los años 20 y 30, “cada comunidad o grupo indígena tenia su identidad cultural, la cual existía porque sí, y no porque se diera dentro de una relación dinámica de intercambio”(9).

El Folklore es visto entonces como algo único e inmutable, ligado a un grupo ajeno al contexto urbano y a la modernización que, eventualmente, contamina y destruye su pureza. Ese carácter de quietud y conservación, similar al de la concepción clásica de un museo, es fundamento para que Juan Pablo González afirme la existencia de un “folklore urbano” en un repertorio musical “permanente en el tiempo”, con el referente de que este ha durado “cerca de un siglo”.

Esta condición sin embargo, no suprime lo contradictorio que resulta conciliar la “estabilidad” folklórica con la esencia comunicacional y de intercambio propia del medio urbano en el siglo XX. “Las ideas de un pretendido continuo Folk-urbano hoy son prácticamente insostenibles, en cuanto niegan la posibilidad de conservar tradiciones a medida que se avanza en la modernización hacia las urbes. Esta modernización era vista como homogénea, cuando en la actualidad no se puede desconocer la enorme heterogeneidad que la caracteriza y que se revela en la complejidad y estratificación de las ciudades –especialmente en las preindustriales- donde hay grandes núcleos de preservación y funcionamiento de tradiciones rurales.”(10).

La preservación y funcionamiento citados, se fundamentan precisamente en la capacidad de asimilar el cambio producido por un nuevo contexto. Al analizar el uso que recientemente se le da al término Folklore en vínculo con lo urbano, se manifiesta entonces una nueva significación en la que el folklore se enviste de una noción dinámica, contraria a su concepción original. Es decir, folklore se asimila a la manera como Morales Gómez concibe el concepto “Tradición” cuando afirma: “La tradición no está únicamente referida al pasado [como el folklore en su acepción original]: puede ser analizada además como la fuente de muchas sociedades para entender el porvenir. Así, se enlaza con las concepciones temporales, que son muy diversas y, por tanto, no coinciden con la nuestra, en la cual prima la linealidad de hechos consecutivos”(11).

¿Será correcto entonces continuar con el uso del término “Folklore” y asumir que precisamente, como la música que quiere designar cuando se encuentra acompañado del adjetivo “Urbano”, esta sometido a un constante cambio en su contenido y significado, o por el contrario, debemos revisar en detalle el contexto en que surgió la palabra, su intención original, y darnos cuenta que las orientaciones creativas contemporáneas se encaminan en una dirección contraria?

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PIES DE PÁGINA:


(1). Ver también “Músicas en el anonimato: la búsqueda de un sentido esencial” en Papel Salmón Edición 725 Diario LA PATRIA. Manizales Septiembre 10 de 2006.
(2). GONZALES RODRIGUEZ Juan Pablo, “Hacia el Estudio Musicológico de la Música Popular Latinoamericana”,en Revista Musical Chilena, 1986, XL, 165, pp 59-84
(3). RODRIGUEZ GONZÁLEZ Juan Pablo, op.cit. p 59
(4). Ibid. p. 60
(5). Ibid. p. 61
(6). HARAP Louis. “On the nature of musicology”. En The MusicalQuartely, Vol. 23, No. 1 Enero 1937, pp 18-25
(7). OCHOA Ana María, op. Cit. pp. 92
(8). Ibid. pp 93
(9).WADE Peter “Identidad”. En Palabras para desarmar. Una mirada crítica al vocabulario del reconocimiento cultura. Ministerio de Cultura – Instituto Colombiano de Antropología e Historia. Abril 2002. pp. 260
(10).MORALES GÓMEZ Jorge. “Tradición, usos y costumbres”. En Palabras para desarmar. Una mirada crítica al vocabulario del reconocimiento cultura. Ministerio de Cultura – Instituto Colombiano de Antropología e Historia. Abril 2002. pp. 396
(11).Op.Cit. pp 397

martes, 16 de septiembre de 2008

RADIO A LA COLOMBIANA

Por: Luisa Piñeros

Dando tumbos por el dial, en la mitad de la onda hertziana, Bogotá tiene un número único: 95.9. En frecuencia modulada desde hace once meses anónimos amigos de la radio, comenzaron a notar que algo misterioso y casi mágico sonaba. Colombia en la radio, Colombia y su música. Libre de cualquier patriotismo banal, toparse con la Radio Nacional en cualquier rincón de este país, es una suerte inexplicable. He tenido la experiencia de viajar por carretera y acompañarme por la RN, he estado en la Guajira escuchando la RN, he pisciniado en Girardot con la RN y cada día estoy más convencida de la increíble labor que en equipo está realizando al darles vida y voz a nuestros músicos y artistas. Gracias a ellos es que puedo tener una dimensión más amplia y abierta de esta geografía tan gocetas, disciplinada y creativa.

Sólo repare en la oferta musical que otras estaciones ofrece, obviamente guardando las proporciones y el espíritu que nos diferencia; vuélvase estadista y ponga en porcentajes cuántos grupos o artistas nacionales programan sin ningún tipo de compromiso u obligación. Investigue si Comadre Araña, Banda La República, Alfonso Córdoba, Carmelo Torres, Lucía Pulido, Cimarrón, Pala, Parlantes, Lucas Saboya, Juan Sebastian Monsalve, Velosa y Los Carrangueros, Ricardo Gallo, Asdrúbal, Herencia, Los Gaiteros, Puerto Candelaria, La niña Emilia, Bomba Estéreo, Plan C, Azul Trabuco, Andrés Landero, Son del tuno, Creole, y un sin fin más, suenan a la par como lo hacemos día a día en RN.

Si me lo permiten, hablaré más humanamente para dejar en claro mi amor profundo y mi respeto invaluable por la música, en especial la que le compete a este trajinado país. Hace un par de meses lo dije “La Música nos salvará”. Así que déjenos entrar en sus oídos, tocar sus corazones, transformar sus pensamiento y hacerlos parte de este viaje sonoro por Colombia, que va al pasado para recordarnos quiénes fuimos y a la velocidad del sonido vuelve al presente con todas sus novedades, con todo su esplendor.

Somos una radio moderna con un repertorio único y con los protagonistas musicales del momento. Nada de farándula, puro talento y entrega. Eso somos. A mover la patica con la Radio Nacional.

Músicas Colombianas Lunes a viernes 10 a.m a 2p.m
Top 10 – domingos 12 del día.

domingo, 10 de agosto de 2008

Me gusta el Top 10

Por: Luisa Piñeros


Me vuelvo una oyente más de la Radio Nacional cuando escucho el Top 10. Los domingos al medio día estoy frente al radio esperando descubrir a qué suena Colombia por estos días.

En 60 minutos logro recorrer los cuatro puntos cardinales de mi geografía sonora, pasando con total libertad de un Bullerengue con la fuerza de su tambora y el ímpetu de sus Cantaoras, a un pasivo pero contundente bambuco. Y así sucesivamente ir escuchando propuestas muy, muy novedosas que solo ofrece la Radio Nacional y que se sintetizan en un conteo musical. Azul Trabuco, Andrés Correa, Mónica Giraldo, Lucas Saboya, Alfonso Córdoba , Banda la República, Comadre Araña, Dúo Barrockofilo, Ana Veydó, Campo y Sabor , Chocquibtown, Grupo Orilla, Los Gaiteros de San Jacinto, Poper, Vietato, Artefacto, La 33, Común Tres, Carlos Vives; todos ellos y muchos más son los protagonistas de este espacio que ofrece una oferta musical única en la radio colombiana. Un conteo de música colombiana, exclusivamente de grupos, bandas y artistas colombianos... muy colombianos, por fin tenemos un lugar donde aterrizar tanto ingenio musical, hay una radio que le apuesta a los suyo libre todo patriotismo. Me gusta el Top 10, así de simple.

Cada domingo, a las doce del día, mientras las ollas se van montando en los fogones, adobe sus ingredientes con el más selecto repertorio colombiano. Sazone su comida con el picante de la salsa bogotana, aromatice con un buen bambuco , póngale la sal de la carranga, ajos de chirimía, yuca con sabor a vallenato, tomates picados para darle sabor al pop, aguacate y papas saladas para un pajarillo llanero.... puede verter más y más ingredientes, así como canciones. Revuelva sin afán alguno, póngalo en sus oídos, sírvalo en las cantidades que guste, y saboree el sonido de Colombia.

A mover la patica y gracias por escuchar

Lp

miércoles, 16 de julio de 2008

La música nos salvará... llega el Gran Concierto Nacional

Por: Luisa Piñeros

El mes de Julio sin lugar a dudas ha sido histórico para nuestro país. Liberan a los secuestrados, gana el chicó boyáca el torneo de Futbol, tenemos virreina universal y para rematar Gran concierto Nacional.

Colombia da pasos cortos hacía la reconciliación, hacía la búsqueda de unificar el país y que mejor oportunidad que los 198 de celebración de la Independencia para unirnos a través de la Música... Y por fin música colombiana.

Mil Municipios y las principales ciudades se adhieren a esta iniciativa del talentoso productor, músico y compositor Iván Benavides, curador artístico del Gran concierto.

Lo más valioso de esta fecha es la posibilidad de que tan diversos géneros coexistan en una sola tarima. Mezclar el sonido moderno de los llanos ( Ensamble sinsonte) con el ska rock ( Dóctor Krápula ) , el sonido de la marimba del pacífico ( gualajo) con el golpe de la salsa dura ( Toño Barrio ), los violines y las flautas ( Orquesta Batuta) con el vallenato pop ( Carlos Vives ), las cantadoras, los rockeros, los jazzeros, los comerciales, los que sean, pero ahí estarán importantes figuras de nuestro país en una jornada de cuatro horas, diciéndole a este humilde pueblo por qué a veces la música SÍ puede salvarnos.

Es la primera vez que se realiza un evento de esta magnitud, justo el día en el que se instala el congreso , marchará una multitud en pro de la libertad de los secuestrados, habrá más de mil tarimas sonando, un solo desfile militar y un derroche enorme de música. Este 20 de julio cambiaremos las armas por canciones y seremos protagonistas de un país que si puede ponerse de acuerdo para cantar.

La Radio Nacional de Colombia y su programa de Músicas colombianas es parte de este Gran Concierto y agradece la disposición y buena onda de sus oyentes.
Un gran saludo para usted querido lector y para usted, el que siempre escucha.

Salud y a mover la patica!

miércoles, 9 de julio de 2008

COFRADÍA: HERMANDAD, ORDEN, COMPAÑÍA... GRUPO.

La Cofradía estudia de cerca la tradición musical andina colombiana para entregar este año gratos resultados en un disco que con su propio nombre, La Cofradía, da muestra de una fuente que hasta el momento parece no agotarse.

Muy diversas etapas ha tenido el desarrollo de la música andina colombiana. Desde ser bandera hace 100 años de una generación de músicos inquietos por la identidad nacional, pasó por el dulce favor de la industria discográfica, llegando a una actualidad con menos difusión, pero no por eso con limitaciones creativas.

Por el contrario, en los últimos años nos hemos encontrado con muy interesantes y diversas propuestas donde se ofrece una gama inmensa de posibilidades sonoras realizadas sobre la base ofrecida por recursos musicales centenarios.

Es el caso de la agrupación bogotana La Cofradía. Con un creciente número de presentaciones en festivales y concursos, entregan al público su primer disco conformado por 11 cortes, donde dan muestra de la forma como interpretan composiciones clásicas del repertorio, al lado de nuevas creaciones para el formato, firmadas incluso por sus propios integrantes.

La Cofradía es, por tanto, una Estudiantina. Oscar Santafé, su director y tiplista, ha desarrollado una destacada labor como pedagogo de 10 jóvenes estudiantes en la Universidad Pedagógica Nacional. Allí se han reunido cuatro bandolas, dos flautas, dos guitarras, dos tiples y un contrabajo. Un formato que poco dista de las experiencias de grandes figuras como Pedro Morales Pino (1863 – 1926) o Emilio Murillo (1880 – 1942). De por medio están, sin embargo, músicos de la talla de Oriol Rangel con su Nocturnal Colombiano, o Fernando “El Chino” León, director de Nogal Orquesta de Cuerdas, experiencia que, finalizando los años 80, descubrió en gran medida el camino para alcanzar estos nuevos horizontes.

Los Cofrades dan luces sobre el camino que siguen diversos tipos de escuelas, empeñadas en mejorar el nivel del ambiente musical colombiano. Clasificados hasta la final del más reciente festival “Mono Núñez”, dejaron claro en el ambiente que sus pasos son nuevos y que por el momento, el reto le queda a los oyentes.

lunes, 23 de junio de 2008

Bomba Estereo: Puro vacile efectivo



Calentura corporal, bajos densos, imágenes urbanas proyectadas, cuatro músicos en escena y muchas canciones hiladas por la cumbia. Critica, reflexión, rumba. La bomba está que estalla y su estruendo sonará en Estéreo



Para Mi gente Bacana!

La primera impresión que tuve al escuchar a Bomba era la de rebobinar el cassete y viajar a la velocidad del sonido a los mejores momentos de la música tropical Colombiana de los setenta. Afrosound, El burro Mocho, La Niña Emilia, Alfredo Gutiérrez, El Joe Arroyo. Todo eso hizo eco en mi mente y se mezcló con una cuota de postmodernidad increíble. Con Bomba el tambor y el sintetizador comparten el mismo espacio y entre Simón Mejía, Li Saumet y Diego Cadavid, logran capturar la esencia de la cumbia para transformarla en una experiencia densa, profunda, excitante y agradable de sentir. Es la cumbia colombiana del siglo XXI que empezó a cobrar vida con Simón

que tenía el proyecto de electrónica latina A.m. 770, con d.j. fresh, Diego Cadavid, Simón Hernández y Javier Fonseca de Alerta. Liliana era la cantante de Mister Gomes en Bombay, una banda de regage dub

“ Simón necesitaba una cantante estilo cumbia y me llamó por medio de un amigo con el que ya había trabajado, Pablo Gaviria de Paralelo 640. Me mostró la pista y sobre ella escribí una letra. A él le gustó y la grabamos. Ahí comenzó todo”. Cuenta Liliana Saumeth ,una samaria que le da a Bomba Estéreo el carácter femenino.

Del encuentro entre Li y Simón salió “ Huepaje” , música de él , letra de ella y con la que se inició esta explosión de sonidos caribeños hechos en Bogotá.

Volumen 1 es la primera producción de Bomba, un totazo musical para aquellos que les gusta la densidad, el baile, lo tradicional y buenas letras. Simón explica “Queremos rescatar los sonidos clásicos tropicales partiendo de nuestros gustos y vivencias contemporáneas. Lograr un sonido que entiendan desde las abuelas, por la cumbia, hasta los jóvenes por la electrónica y el hip hop. “

Si no ha escuchado Bomba esta podría ser una descripción muy diciente de lo que busca el grupo, en palabras de Li “ esto es ajiaco con pescao, carnaval con festival de teatro, parque tayrona con Monserrate... bomba suena a Bomba.

En la actualidad, Bomba entra a ser parte de un proceso de construcción de un movimiento nuevo de música urbana latinoamericana. Wakal en México, Mambotour en Chile, Las Cumbias Queers en Argentina, todo esto bajo la influencia de grandes de la música como Celso Piña, Lucho Bermúdez, Joe Arroyo, Toto la Momposina, Noel Petro, Jairo Varela, La niña Emilia, Peregoyo, Pacho Galán Estercita Forero.

Caliente, caliente, ritmo pa´la gente ¡

Una suerte de combinación perfecta tiene Li Saumeth. La malicia y fuerza de La Mala Rodríguez y la dulzura y tradición de La Niña Emilia. En tarima uno llega a pensar que ella puede ser la revelación de la música colombiana actual, nada que envidiarle a las que andan montadas en el top 10 radiales. Tan fuerte y segura es de lo que hace, que compuso una de las canciones más reveladores que hayan escuchado mis trajinados oídos hasta el momento: Niña Rica... y cito “

“ y me perdonan , pero que pena

son ricas por dinero o por que están buenas

no comen grasas, no comen harinas

solo consumen 10 gramos de cocaína

no tienen celulitis, no tienen estrías

tienen veinte años y treinta cirugías

el manos de tijeras les quedo chiquito,

pareces un mounstro pareces un mito

te veo en la playa y siento que vomito

eso no es belleza como te lo explico “...

Esto es cumbia Colombiana!

En vivo los apoya Diego Cadavid en la percusión y Kike en la batería. El concepto visual le apuesta a las imágenes cotidianas, a los lugares apartados, a la guerra, a lo bonito de la vida. Texturas, colores, sonidos, todo esto junto genera una sensación de descubrir a San Basilio de Palenque desde una pantalla en Bogotá, de viajar por la ciénaga de SantaMarta con los audífonos puestos, de explotar una bomba con todas esas canciones que harto le están regalando a la movida nacional.

La búsqueda actual del grupo va por la senda de los ritmos afrocolombianos combinados con los electrónicos. “ yo todos los días exploro y quiero hacer con la voz, efectos y cosas raras. Me gusta jugar con lo micrófonos , hacer cosas diferentes.”, afrima Li.

Por su parte simón es el encargado de la espesura de Bomba , de ese sonido que se parece glicerina entrando a los oídos . Bajo en mano, sintetizadores, secuencias y samples va disparando con una energía tal que no bailar es imposible. Son los sonidos del ayer que están grabados en el hipotálamo de muchos de nosotros y que ellos traen a colación de forma perspicaz.

Con curiosidad le pregunto a Li cuál es el aporte de Bomba a la música colombiana: ”Tengo problemas con esta pregunta siempre porque todavía no

sabemos cuál es nuestro aporte... Ve y pregúntame en diez años y te digo cuál

fue...

A punta de creatividad y exploración sonora han logrado afincar una idea en la que a través de ritmos y letras dejen algo en la gente , no solo baile y folclor si no también una conciencia y en la que no tienen miedo a opinar.

Goce con el volumen 1 y no deje de mover la patica con los temas Tambora, Corinto, Ataole Remix y sus nuevos grandes éxitos “Pa´ti” y “Agua Salá”

www.myspace.com/bombaestereo

viernes, 13 de junio de 2008

COMADRES CACHACAS

COMADRES CACHACAS

CON ACENTO DE LAS COSTAS COLOMBIANAS

Un nuevo disco ve la luz en el complejo mercado musical colombiano. La agrupación bogotana Comadre Araña, tras unos pocos, pero largos años de espera, sorprende con un producto nada ortodoxo en el creciente ámbito de la denominada “fusión musical”, abriendo un espacio en la maraña confusa que representa trabajar de manera independiente.

Esta propuesta musical responde en gran medida a las condiciones urbanas contemporáneas dentro del contexto latinoamericano. En el último cuarto de siglo, con mayor impulso desde los años 90, Bogotá ha sido un punto de encuentro de diferentes tradiciones socio-culturales, algunas de implicación global y otras hasta el momento

desarrolladas en vínculo con contextos locales específicos. Entre otras razones, las nuevas condiciones tecnológicas, y en particular la implementación de recursos digitales, permiten una mayor articulación entre expresiones musicales de diversa procedencia, para el surgimiento de novedosas orientaciones estéticas, sin que necesariamente se presente un resultado uniforme.

Lo anterior, sumado al interés en el aprendizaje de músicas tradicionales y una revaloración de manifestaciones culturales ajenas en parte al desarrollo occidental, son factores que inciden en el amplio rango de influjos que se dejan ver en la música de la Comadre. Por tanto, catalogar esta propuesta dentro de un género específico es una tarea imposible. En la música de Comadre Araña confluye de manera preponderante la esencia de las tradiciones generadas en las costas atlántica y pacifica colombianas, interpretada dentro d

el marco que brinda la armonía moderna y una complejidad rítmica que nos transporta desde la invitación al baile de la cumbia, el bullerengue, o el currulao, hasta momentos que apelan a la libertad del jazz, a la fuerza y la vitalidad inherente al rock, sutiles trazos del reggae, del pop e incluso de la ambigüedad minimalista.

Comadre Araña es en principio el título de una juga grande, “la mama de todas las jugas”, en palabras del marimbero José Antonio Torres “Gualajo”, músico procedente de Guapi, un pueblo ribereño en cercanías a la costa pacífica colombiana, donde la juga y el currulao son géneros de primer orden. De allí toma su nombre esta novedosa propuesta colombiana integrada por 10 músicos que, de manera análoga al insecto de la denominación adoptada, entretejen una red musical de amplia envergadura, en la que seguramente

quedarán atrapados bastantes, a juzgar por el resultado musical conseguido hasta el momento, apto para un público heterogéneo que ha seguido su trayectoria.

Para la grabación sus integrantes fueron Juanita Delgado, Adriana Vásquez, Verónica Atehortúa y Urpi Barco en las voces, Edwin Ospina en la guitarra y el tiple, Juan David Castaño en la marimba, Rocío Medina y Andrés Felipe Salazar en los tambores cununos, el tambor alegre y el bombo, y Juan Sebastián Monsalve en la dirección, las programaciones y el bajo.

JOSE FERNANDO PERILLA

Músicas Colombianas

miércoles, 28 de mayo de 2008

Panorama Estereo

Discos que hacen parte del repertorio de la Radio Nacional de Colombia y que ustedes pueden conseguir para alimentar sus colecciones de buena Música. Discos que están firmados desde el 2007 y que hoy en día siguen vigentes en las Músicas Colombianas

Calambuco: Como en el barrio

Sello: independiente

Recuperando el sonido de la salsa setentera, esta agrupación con integrantes de Cali, Bogotá, Quibdo y Guapi nos regalan una fuerte dosis de descarga que pone a bailar al más parco. Sonido contundente, acoplado, salsa hecha por músicos muy jóvenes que en bloque suenan como un roble. La apuesta de una salsa con reminiscencia clásica y aroma capitalino le dan una identidad propia a Calambuco en estos diez temas con los que debuta. Guajira, guaguanco, bolero y descarga salsera reunidas con mucho talento en un solo disco. A mover la patica con “ Te Falta ritmo y Guajira de un abandono”. Descanse los piecitos con el bolero “ Me sorprendo “.

Disponible en tiendas

calambuco@gmail.com

Oxmo Puccino & ChocQuibTown : Paris – Bogotá

Sello: Alcaldia de Bogotá – Embajada de Francia

El encuentro de quince días por una residencia artística entre el rapero francés Oxmo Puccino y los chocoanos de CQT, dio como resultado este ep de 4 canciones. Paris y Bogotá ahora tienen algo en común y es la música, el hip hop, ese sonido que habita en su mayoría en las zonas periféricas de las ciudades. Un trozo del pacífico con su marimba de chonta y el flow de CQT . Un pedazo del viejo mundo con el fraseo y el ritmo de Oxmo. Interesante proyecto que conserva un espíritu muy negro, muy africano. “ Volví a mis raíces “ es la síntesis de este disco que puede descargar en :

www.myspace.com/chocquibtown


NEOTROPICAL

Sello: MTM

Una nueva etapa en la música colombiana se advierte en esta bien lograda selección sonora. Fandangos, Bullerengues, currulaos, se amasan simultáneamente con bajos eléctricos, baterías y tintes electrónicos. La música colombiana se modernizó y esta viviendo una etapa nueva. Banda La República, La Mojarra Eléctrica, Alé Kumá y Liliana Montes, son apenas ejemplos valiosos de la evolución y el vuelo alto que han tomado los ritmos colombianos. Arme una buena rumba casera con estas 14 canciones que se dejan bailar acompañaditas de ron.

www.musicasdecolombia.com

EDSON VELANDIA: SÓCRTAES

Sello: Cinechichera Reproducciones

Edson Velandia y su genio musical, esta vez le apostó a los niños. En los salones del jardín infantil “ La ronda”, se cocinaron 10 canciones, cuyas palabras todas son esdrújulas. Curioso, cierto? Y lo mejor es que estos párvulos que no pasan de los 6 años le dan vida a unas canciones si

n lógica alguna. “El ordén de las ovejas no altera la correría” ( Las tablas), “cuando baila la cara e muergana, se balancea” ( La Calavera), “Lo mismo es gancho que ropa ”(Ni más ni menos). Fábulas, historias, reflexiones y un aporte musical para los niños de 0 a 100 años. Sócrates, un disco que nos enseña que los más pequeños van a la velocidad de la luz.

www.velandiaylatigra.com

TRES GATOS : K-MINOS

Sello: independiente

Que bien le calza el jazz a una ciudad como Bogotá. Este género poco valorado por el público, tiene a tres jóvenes jugueteando con notas y dando su visión cachaca de diversos estilos jazzisticos. K-minos es el álbum debut del trío que lleva desde 2005 en la búsqueda sonora. Un disco de carácter suave que marcha acoplado entre la batería, el bajo y la guitarra, donde también deja escapar en sus vuelos de improvisación un espíritu rockero, un aire progresivo, un guiño de rudeza y melancolía.

Atrapante la intervención de Gina Savino en la voz, para el tema Desvelo, original de Jorge Drexler. “ Oye lo que te traigo”, “ Nicodermo” , “ Sotános”, puro jazz soyadito hecho en la capital.

www.myspace.com/tresgatostrio